La pandemia por el COVID-19 puso sobre la mesa el tema del cuidado, especialmente de las personas adultas mayores, un fenómeno que requiere de soluciones integrales y novedosas, donde las cooperativas pueden jugar un papel de suma importancia, no solamente en México sino en todo el mundo.
El tema de cuidados está relacionado principalmente con las labores del hogar y con el cuidado de las personas mayores, niños, personas con discapacidad, necesidad de asistencia médica, entre otros.
De acuerdo con especialistas en el tema, la economía del cuidado está creciendo a medida que aumenta la demanda de cuidado de los niños y de las personas de edad en todas las regiones, por lo que creará numerosos empleos en los próximos años. “Sin embargo, el trabajo de cuidados en todo el mundo sigue estando caracterizado por la falta de beneficios y protecciones, por bajos salarios o nula compensación, y por el riesgo de sufrir daños físicos y mentales y, en algunos casos, abuso sexual”.
En ese sentido, en la región de América Latina, las mujeres cargan con el 76% de las labores de cuidados. Y en México, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre el Uso del Tiempo (ENUT, 2019) del INEGI, “las mujeres dedican casi 67% de su tiempo a las tareas del hogar y el cuidado de manera no remunerada, que incluye además el empleo de niñas de hasta 12 años de edad. En contraparte los hombres solo dedican el 28% de su tiempo a dichas actividades”.
La Economía Social y, particularmente las cooperativas, buscan dar solución a este fenómeno social implementando en algunos lugares el modelo cooperativo en la prestación de servicios de cuidado, con lo que se busca crear oportunidades y buenas prácticas, aprovechando los principios y valores que rigen a las cooperativas.
“Al incursionar en el tema se busca inculcar la situación en la sociedad y brindar una perspectiva humanitaria del deber de cuidar y el derecho a ser cuidado, tomando siempre como base los valores y principios de la economía social que hablan sobre solidaridad, responsabilidad, democracia, igualdad y equidad. Así como la honestidad, transparencia, responsabilidad social y preocupación por el prójimo”, destaca el Instituto de la Economía Nacional de la Economía Social (INAES).
Las cooperativas de cuidados permiten formalizar este sector laboral ayudando no solo a las personas que se dedican a prestar los servicios, sino también a aquellos que requieren del cuidado. Ya que la profesionalización y dignificación de la labor permite contar con gente especializada y capacitada. Además, ayuda a delimitar las jornadas laborales excesivas y en condiciones adecuadas.
Hallar soluciones a la prestación de cuidados es esencial para que las mujeres gocen de igualdad de oportunidades en el mundo del trabajo, recordando que el trabajo de cuidados tiene lugar en diversos entornos y tanto en la economía formal como en la informal.
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