- Alejando Martínez Castañeda
LA FE A LA VIRGEN DE LA SALUD SIGUE LATENTE

PÁTZCUARO, Michoacán.- Este 8 de diciembre, día en que Pátzcuaro celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Salud, la flama de la fe sigue encendida entre los miles de creyentes que acuden con una devoción desbordada a venerarla.
Durante todo el día, innumerables feligreses de la región lacustre, de Michoacán y de otros estados del país, acudieron a visitar a la Virgen de la Salud en el templo de La Basílica. Y los hicieron con la misma devoción y fe de hace muchos años, convencidos de que se trata de una imagen “milagrosa y generosa”
Cabe señalar que Don Vasco de Quiroga fundó en 1538 la Cofradía de Santa Martha, lo que hoy se conoce como El Templo del Sagrario, entre los años de 1536 y 1539, con el propósito de fortalecer la devoción de la Virgen María, al tiempo que ordena elaborar una imagen de la Virgen de La Asunción a base de pasta de caña de maíz, grabando en su base la leyenda en latín: Salus Informorum (salvación de los enfermos).
Las terribles epidemias en 1543 dieron la pauta para que a partir de entonces se le conociera como La Virgen de la Salud, pues los fieles enfermos “comenzaron a vivir milagros”, relatan fuentes católicas al precisar que dicha imagen fue elegida y proclamada como Patrona de Pátzcuaro en 1737.
Hoy, aproximadamente 477 años después de que el ilustre humanista ordenó a los purépechas elaborar la imagen, su adoración sigue viva para miles de creyentes, pues muchos de ellos acudieron al templo de La Basílica a dar gracias por los favores y bendiciones recibidas, para pedir por la salud de algún enfermo o, simplemente, para saludarla.
Durante los días previos, se observaron por diferentes partes de Pátzcuaro peregrinaciones con música y cuetes en un ambiente de festividad.
Previamente a la celebración de este 8 de diciembre, la citada imagen realiza un recorrido por las principales calles de la ciudad, cuyas casas son adornadas con los colores blanco y azul.
En la calle de Iturbe se elaboró un tapete de aserrín. Se trata de un trabajo que prepararon meticulosamente manos artesanales; precisamente, por ahí, pasó la Virgen de la Salud para arribar a la Plaza Vasco de Quiroga durante su recorrido.