PRIMERA PARTE
PÁTZCUARO, Michoacán.- Emmanuel, el niño patzcuarense de siete años que de grande quiere ser luchador, libra desde hace un año la primera y más difícil pelea contra el cáncer a lado de su familia.
Hace aproximadamente un año, a la edad de apenas seis, Emmanuel empezó a bajar su rendimiento a la vista de sus padres por lo que acudieron a distintos médicos, y lo que al principio parecería una infección sin cuidado, derivó en el diagnóstico de leucemia linfoblástica aguda, así lo platica su padre Juan Carlos Cardona Pérez.
“Él inició con cansancio, decoloramiento de la piel estaba completamente amarillo, pensamos que era hepatitis y pérdida de apetito, esos fueron los primeros síntomas que vimos en él y pues él ha sido un niño muy activo y cuando empezó con esto bajó su rendimiento”.
Interminables estancias en urgencias, largas y dolorosas quimioterapias e infinidad de estudios de laboratorio debilitan el cuerpo de Emanuel pero no su actitud positiva y ganas de vivir.
“Todo lo que le meten a sus venas son ácidos, y solo él sabe cómo se siente por dentro y no lo expresa, nosotros le preguntamos cómo te sientes y él nos contesta siempre BIEN y contesta con una sonrisa, pero solamente él sabe”.
Recibir la noticia de que su hijo menor tiene cáncer, ha sido lo más difícil y doloroso que ha tenido que enfrentar la familia Cardona Tovar, sin embargo, la unión de pareja e hijos ha logrado lo imposible “Cuando le hablan a una persona de cáncer, lo primero que se viene a la mente es muerte y pues en un hijo es una noticia muy dolorosa, pero los doctores y mucha gente nos ha dado la confianza de continuar… gracias a Dios hemos podido sobrellevarla como familia unida que somos, unos trabajamos, otros nos vamos al hospital, y nos hemos repartido las actividades en casa”.
Juan Carlos, el padre de Emmanuel, agradece efusivamente la solidaridad y apoyo de la gente de Pátzcuaro, Erongarícuaro, Quiroga, Santa Clara del Cobre y Opopeo “Nosotros somos creyentes de fe católica y hemos tratado de acercarnos a grupos de apoyo religiosos donde nos han enseñado a saber esperar los designios de Dios, hay personas que se acercan y están al pendiente, hay personas que están orando constantemente, hay personas que nos están apoyando en lo económico y eso ha sido parte de lo que nos ha ayudado mucho, el no vernos solos, ver que hay mucha gente que está a lado de nosotros apoyándonos, demasiado grande es la solidaridad de la gente patzcuarense, no esperábamos ese apoyo”.
Afortunadamente el diagnóstico de los doctores que lo atienden en el Hospital Infantil de Morelia es favorable, el pequeño ya tuvo un aspirado de médula donde salió limpio de cáncer y ahora están a la espera del segundo resultado de un procedimiento similar.
“El niño ha respondido bien a sus quimioterapias y eso ha sido alivio para nosotros, no deja de ser preocupante pero de alguna forma nos sentimos más tranquilos… Nos dieron buenas noticias, es probable que en cuatro meses él concluya el tratamiento pesado y después ya va a seguir en consultas y tratamiento pero ya va a ser como vigilancia que es estar acudiendo mes con mes a que le hagan revisión, estudios de sangre y de médula ósea para ver las células… El pronóstico es favorable, de hecho nos dijeron una estadística de un 90% más o menos erradicada la leucemia en su cuerpo”.
Las donaciones económicas, en especie o con tapas que la ciudadanía ha realizado a favor del pequeño guerrero han sido de gran ayuda de acuerdo a lo que relata el padre del menor pues con las constantes visitas al hospital en Morelia, deben dejar de trabajar en su puesto donde bolean zapatos para dedicarse de lleno al cuidado de su hijo:
“Quiero decir que todos los niños que son atendidos en el Hospital Infantil sus quimioterapias son completamente gratuitas, lo que nosotros pagamos son transportes, comidas o en su defecto pagamos algún medicamento que la farmacia no tenga al momento o que si llegamos a urgencias en la noche y que si hay que comprar algo la farmacia está cerrada, entonces tenemos que salir a buscar, esos son los gastos que se generan y que nosotros tenemos que cubrir o algún estudio que tenemos que hacer por fuera…las gentes que vendemos tapas, juntamos una tonelada, la vendemos a la recicladora y nos dan tres mil 500 pesos y con esos nos sirven para vivir la semana que el niño está internado en el hospital, mi esposa lo cuida toda la noche cuando está conectado a la máquina y yo lo cuido todo el día”
Actualmente Emmanuel ya tiene permiso de sus doctores para asistir a la escuela, sin embargo, por el momento sus padres han decidido esperar a que su estado de salud mejore.