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  • Alejandro Martínez Castañeda *

El pinole, alimento prehispánico, tiende a desaparecer de la dieta de los michoacanos



MORELIA, Michoacán.- Con el paso del tiempo, el pinole, un alimento tradicional prehispánico, comienza a desaparecer de la dieta de los mexicanos, debido a diversos factores, entre los que destacan la mayor diversificación de bebidas que existen en el mercado y, sobre todo, a la baja de rentabilidad que se ha acentuado durante los últimos para quienes elaboran dicho alimento.


El pinole se empezó a elaborar en la época prehispánica. “Está hecho a base de harina de maíz y se endulza con piloncillo o azúcar y se mezcla con canela. Su nombre proviene del náhuatl pinolli, que significa maíz molido y tostado, en el México antiguo era usado como bebida energética, sobre todo durante los largos viajes a pie”, según fuentes consultadas.


“Actualmente es utilizado para elaborar bebidas calientes o frías. En algunas regiones del país se combina con anís y es utilizado en los novenarios o verbenas populares. Por otro lado, en Chiapas, se mezcla con agua y se toma como sustituto del café o atole”, añaden.


Este alimento posee un alto contenido de hidratos de carbono, es una buena fuente de energía, aporta minerales como el hierro, fósforo y magnesio, reduce el riesgo de anemia. Además, por sus niveles de fibra sirve para combatir el estreñimiento y ayuda a mejorar el funcionamiento de los riñones y la circulación de la sangre.


Su preparación requiere de un proceso artesanal. “El primer punto es la cosecha del maíz; posteriormente, se debe dejar secar la mazorca a la intemperie. Después del desgrane, se debe limpiar el maíz obtenido, a este proceso se le llama tamizar y ayuda a quitar las pequeñas cascarillas que se desprenden del olote al quitar el grano de la mazorca. Este paso es muy importante, ya que si no se lleva a cabo las pequeñas basurillas pueden quemarse al tostar el grano y dar un mal sabor al pinole.

Posteriormente se realiza el tostado del maíz. De manera artesanal se hace en un comal de barro, al hacerlo de esta forma se asegura que el grano tome su sabor especial y característico. Para finalizar se pasa al metate y ahí se muele todo junto; es necesario hacerlo varias veces, ya que la idea es que quede un polvo muy fino”, de acuerdo a fuentes culinarias.


No obstante la historia y las bondades de la referida bebida, en Michoacán poco a poco han ido desapareciendo quienes se dedican a su preparación y venta, de acuerdo a cocineras tradicionales consultadas por este medio, debido a que “su venta ya no es negocio”, además de que falta apoyar a los vendedores del producto, entre otros factores.

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