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  • Alejandro  Martínez Castañeda

El principio democrático de las cooperativas



Alejandro Martínez Castañeda


La democracia es un principio fundamental de la identidad cooperativa y se convierte en una práctica cotidiana que ubica a las cooperativas en la vanguardia de la democratización de la economía, contribuyendo a lograr mayores niveles de equidad social y bienestar colectivo.


El Segundo Principio del Cooperativismo: Control democrático de los Miembros establece que “las cooperativas son organizaciones democráticas controladas por las personas que las integran, quienes participan activamente en la definición de las políticas y en la toma de decisiones. Los hombres y mujeres elegidos para representar a su cooperativa responden ante la asamblea. En las cooperativas de base todas las personas asociadas tienen igual derecho de voto (una persona, un voto), mientras en las cooperativas de otros niveles también se organizan con procedimientos democráticos”.


De lo anterior, se destaca la participación democrática de sus socios, un socio equivale a un voto sin importar que tan grande o pequeño sea su aporte a la organización, con lo que la participación de los asociados es igualitaria; todos los asociados tienen derecho a elegir las políticas y las decisiones fundamentales de la cooperativa.


De esta forma, “se valora la gestión democrática como el principio que permite diferenciar de forma radical la empresa cooperativa de la capitalista. En la cooperativa deciden las personas toda vez que cada socio tiene un voto. En la empresa capitalista, en cambio, decide el capital. Cada persona tiene tantos votos como el número de acciones o partes del capital que posea, es decir, el número de votos según sea su aportación al capital de la empresa”, destaca el investigador Alejandro Martínez Charterina.


De acuerdo con la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), uno de los retos a los que se enfrentan los cooperativistas a la hora de implantar el control democrático es desarrollar una cultura que acoja y fomente el debate, y que pueda identificar, gestionar y resolver los conflictos, entendiendo que la aparición de conflictos en una institución democrática es normal.


En las cooperativas, refiere la ACI, la democracia implica tener en consideración derechos y responsabilidades, pero también implica fomentar el espíritu democrático dentro de las cooperativas, una tarea interminable, difícil, pero fundamental y valiosa desde el punto de vista social. Uno de los principales beneficios de las cooperativas es que contribuyen a que la democracia arraigue en el fértil suelo de la sociedad civil.


Y advierte la ACI: “La democracia, además, no es el mero hecho de votar en las elecciones y en las asambleas generales. También exige la separación de los poderes democrático y ejecutivo, con controles y equilibrios adecuados bajo el control de los miembros. Estos deberán establecerse mediante distintos órganos dentro de la cooperativa, los cuales se encargarán de organizar las elecciones, determinar la estrategia de gobernanza y supervisar las auditorías y los informes de gobernanza para los miembros”.


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